La vida en pareja es la opción mayoritariamente escogida por las personas adultas, la cual viene avalada por las considerables ventajas en el plano de la salud, la economía y la integridad social, entre otras, en comparación con la vida en solitario. Pero la vida en pareja está en continua transformación debido a que tiene que adaptarse a las propias condiciones cambiantes de la sociedad. Es decir, la vida en pareja actual tiene poco que ver con la vida en pareja de épocas anteriores.
Los rápidos cambios que se suceden, fuerzan a las personas a adaptarse apresuradamente a las nuevas realidades a las que deben hacer frente, de ahí que no sea infrecuente la desorientación sobre lo que debe o no hacerse, o sobre los objetivos y expectativas que deben tenerse respecto a la pareja. Además, el modelo de referencia de lo que debe ser una pareja ha dejado de ser único: hombre y mujer con roles diferentes que se unen para toda la vida. Ahora las parejas tienen roles igualitarios. Cada vez son más frecuentes las parejas sin hijos. Cada vez aumentan más las parejas de hecho. Cada vez hay más parejas del mismo sexo y, debido al divorcio y a las separaciones, cada vez existen más parejas reconstituidas.
Manejar de forma eficiente las relaciones afectivas es una de las partes fundamentales de nuestro crecimiento como seres humanos sociales. El respeto tanto hacia uno mismo como hacia los demás o la necesidad de sentirse seguros son algunos de los pilares básicos para una correcta convivencia. Por eso si se cree que la relación está estancada, no avanza, las discusiones son cada vez más frecuentes y el día a día se hace insoportable, se convierte en imperiosa la necesidad de solicitar ayuda a fin de revertir la situación y no agravarla más. Sin duda alguna, acudir a psicoterapia podría ser la decisión más adecuada.
Identificar las dificultades de pareja y enseñar a poner los medios para resolverlos es uno de los objetivos de la terapia psicológica, y también uno de sus grandes logros. Pero, desgraciadamente, no todos los problemas de pareja son solucionables. En algunos casos, la alternativa más sensata, incluso la única, es poner fin a la relación. Hacerlo bien es determinante, ya que se sobreentiende que la separación es “para toda la vida”.
¿Cuáles son las dificultades de pareja más susceptibles de mejorar con psicoterapia? Vamos a explicarlo: en un mundo ideal, las parejas se enamorarían y vivirían felizmente, sin distanciamientos ni altibajos, y sin que la convivencia deteriorase la relación. En la vida real, estas situaciones ponen a prueba las relaciones más sólidas. Y no basta con la voluntad y la implicación de sus miembros para reconducir las dificultades de pareja, pues las propias emociones impiden aislarlas y separarlas con objetividad.
Hay muchos factores que influyen en el desarrollo armonioso de una relación de pareja, pero un punto de referencia fundamental para la estabilidad de la pareja es que cada miembro obtenga o, perciba que obtiene, más en el seno de la pareja que fuera de ella. Los conceptos de igualdad y reciprocidad, junto con los intercambios positivos, parecen ser los pilares fundamentales sobre los que se asienta una relación de pareja. Por esa razón es tan importante la ayuda externa, la cual permite detectar los conflictos y acompañar al miembro o miembros de la pareja en la búsqueda de soluciones eficaces.
¿QUÉ DIFICULTADES DE PAREJA AYUDA A RESOLVER UN PSICÓLOGO?
1.-Discusiones de pareja
Las discusiones por cuestiones intranscendentes son a menudo la forma en que se manifiestan emociones como la tristeza o la rabia por aspectos poco satisfactorios de una relación. Conviene poner normas: dejar la discusión enfriarse para retomarla en frío, no ofender y ajustarse al motivo del desacuerdo sin sacar los trapos sucios a relucir. Es normal que las parejas discutan alguna vez, pero las discusiones frecuentes desgastan y generan rencor. Se ha comprobado científicamente como una mala relación de pareja con abundantes discusiones compromete la salud de las personas. Se puede aprender con ayuda externa a identificar la chispa que detona los enfados y a desactivarla.
2.-Falta de comunicación en la pareja
La comunicación o la falta de ella está en el origen de muchas dificultades de pareja. Las personas tenemos diferentes estilos comunicativos: los que todo lo hablan y los que todo se lo guardan para sí mismos. Otras veces el tiempo desgasta la comunicación y las parejas dejan de escucharse y contarse lo que les preocupa y lo que les satisface. Y, por último, están las conversaciones que siempre terminan en discusión. Es importante pararse a reflexionar sobre lo que ocurre cuando se quiere expresar algo importante, pero también sobre cuándo fue la última vez que se hizo el esfuerzo de escuchar y entender a tu pareja.
Algunos ajustes permiten comunicarse eficazmente: un par de minutos para hablar y un par de minutos para escuchar lo que el otro tiene que decir. Utilizar más el “yo” (que expresa lo que piensas y lo que sientes) y menos el “tú” (que incrimina y acusa). Ante todo, evitar poner a la otra parte a la defensiva.
3.-Distanciamiento en la pareja
Las personas cambiamos, y no siempre lo hacemos al compás. Quizá muchos intereses que unían como pareja hayan desaparecido porque se ha evolucionado de forma diferente. En este caso, conviene centrarse en el aquí y el ahora, y explorar las nuevas cualidades del otro miembro (que, sin duda, las tendrá), mejor que quejarse de lo que se ha perdido.
¿Siguen uniendo cosas como pareja?, ¿sigue existiendo complicidad? Quizá merezca la pena mantener la relación apuntalando aquello que une, y desarrollar individualmente otros intereses para crecimiento personal.
4.-Dificultades de pareja por infidelidades
¿Lo que rompe una infidelidad es irreparable? No siempre. Las relaciones de pareja se pueden reconstruir con mucha generosidad y ánimo de resarcir el daño causado. Pero ambos miembros deben ser muy honestos: ¿funcionaba antes?, ¿había comunicación?, ¿existía intimidad? En este caso, una ayuda externa es indispensable.
5.-Preocupaciones externas
La vida está llena de pruebas: la salud de un familiar, retos laborales, los hijos y un largo etcétera. Compartir esas preocupaciones con la pareja puede ayudar a sentir que se tiene apoyo. No guardes para ti las preocupaciones y exterioriza aquello que te inquieta. Tampoco infravalores las preocupaciones del otro. La ayuda psicológica desarrollará la empatía.
6.-Falta de reconocimiento
A veces uno de los miembros de la pareja no siente la estima del otro, si está muy dedicado al trabajo o a los niños. El reconocimiento necesita expresarse y a menudo lo olvidamos convirtiéndose en el origen de muchas dificultades de pareja. Es posible y muy necesario aprender a expresar reconocimiento y admiración, y no sólo efectuar reproches.
7.-Sexo insatisfactorio
Sin duda, es una de las principales dificultades en la pareja y la que más anima a buscar terapia psicológica para reflotar una relación. Si no es un problema médico (en cuyo caso sería necesario consultar con un especialista), suele ser la frecuencia de las relaciones sexuales o cómo se desarrolla la fuente de conflicto. A menudo se trata de un síntoma que puede estar enmascarando una dificultad en otras áreas de la relación de pareja. Las sesiones de terapia psicológica pueden ayudar a identificar los obstáculos y cómo desarrollar la comunicación para resolverlos.
8.-Desaveneniencias por motivos económicos
Las desavenencias financieras son motivo de muchas discusiones de pareja, especialmente cuando se tienen diferentes perfiles (ahorrador o más gastador). Hay que identificar los conflictos: a veces puede ser una solución positiva compartir unos gastos y disponer de dinero propio para fines particulares.
9.-Aburrimiento de la pareja
Las relaciones afectivas duraderas pasan por muchas etapas. La chispa y la emoción de los primeros años se ve sustituida por la compañía, la compatibilidad, el conocimiento del otro, etc. A muchas parejas les compensa, pero otras empiezan a acusar el aburrimiento. No vale de nada culpar al otro miembro de esa nueva situación. Es mejor comunicar nuestras expectativas y buscar nuevos alicientes, juntos o por separado.
10.-Los hijos, fuente de conflicto en la pareja
Los hijos son una gran fuente de conflicto en la pareja, especialmente cuando cada miembro tiene un estilo diferente de educar. Poner normas y mostrarse siempre de acuerdo en su aplicación puede ayudar a rebajar tensiones debidas a la educación de los niños. Pero también, no se debe descuidar que merece la pena seguir encontrando momentos sólo para dos.
OTROS PROBLEMAS
Aquí se engloban otras dificultades no apuntadas anteriormente, pero frecuentes y con gran capacidad para desestabilizar la armonía de la pareja. Problemas emocionales individuales que afectan a la relación de pareja. Celos, depresión, trastornos de ansiedad, problemas de personalidad o cualquier otra psicopatología individual que por su gravedad covaría con los problemas de relación. La solución es evidente: tratar antes o simultáneamente a los problemas de pareja, siempre en formato de terapia individual.
Como síntesis de estas pequeñas explicaciones, sólo resta añadir que los estudios dicen que tres de cada cuatro parejas que acuden a terapia psicológica reconocen que ha habido una mejora en su relación. Esto es especialmente cierto, siempre y cuando, al poco tiempo de comenzar a notar las dificultades, se trate de buscar ayuda. Ello significa un gran paso que, sin duda alguna, demuestra un gran compromiso.